La boda tuvo lugar en un restaurante en la playa de Torrevieja. Hacia un tiempo estupendo, el sol se ponía enrojeciendo las olas al horizonte y se levantaba una brisa suave. La novia vestía de blanco, un amplio vestido tradicional, con el velo ondeando en sus hombros, movido por la brisa salada. El novio vestía un traje elegante, negro, con pajarita a la antigua. ¡Parecían salidos de un cuento!  El cura los esperaba bajo un arco adornado con flores, justo al borde del agua. Una alfombra roja les condujo hasta allí y los dos la recurrieron como flotando en un sueño. Nada les importaba, ni los invitados, ni el cura, ni siquiera sus padres. Solo tenían ojos el uno para el otro. ¡Y su primer beso! Con la luz del ocaso detrás de ellos, parecían una princesa y un príncipe de una película de Disney. Luego todos los invitados se reunieron en la terraza del restaurante, copas en la mano, para desearles una vida larga y próspera. ¡Y empezó la fiesta!